Ayahuasca

26 de diciembre de 2014

¿Qué significa no estar dividido? - Adyashanti

¿Qué significa no estar dividido? En estas enseñanzas he hablado de no estar dividido, y he equiparado el despertar con hallarse en el estado no dividido. Pero quiero asegurarme de que nadie se equivoque con respecto a la idea de qué significa no estar dividido. La no división es el efecto del despertar, la expresión de la realización de nuestra verdadera naturaleza. Como he dicho, no estar dividido no tiene nada que ver con ser perfecto ni con ser santo. Asimismo, después del despertar no hay garantía de que en un momento particular no vuelvas a experimentar la división de alguna manera; no hay garantía de que la división no vuelva a aparecer. De hecho, ser libre, estar despierto, es soltar la preocupación por este tipo de cosas, por lo despierto que está o deja de estar uno. 

Uno de los grandes poemas de la tradición zen acaba con esta descripción del estado del despertar: «Estar libre de ansiedad con respecto a la imperfección». Así, no estar dividido no significa ser perfecto. No estar dividido no se adecua a las imágenes que podemos tener en nuestra mente sobre la santidad o la perfección. Si alguien examinase mi vida, estoy seguro de que se le ocurriría muchas razones para decir cosas como: «Oh, eso no encaja con mi idea de lo que es un ser iluminado. Eso no encaja con la idea de cómo es un ser no dividido». Estoy seguro de que mi vida no encajaría con muchas de las ideas que tiene la gente sobre la iluminación. Porque, en realidad, soy una persona mucho más común de lo que la mayoría de la gente se imagina. Para mí, parte del despertar es morir en lo ordinario, en la no ansiedad. 

Independientemente de lo que alguien pudiera decir al mirar a mi vida o a la vida de cualquier otra persona, el estado de no división no es algo que puedas entender hasta que empieza a despertar dentro de ti. Únicamente puedo animarte a no creer en ninguna imagen de santidad o de perfección que pueda surgir en tu mente, porque dichas imágenes sólo son un obstáculo. No estar dividido —ver y actuar desde la no separación, desde la unidad— es algo que cada uno de nosotros debe descubrir por sí mismo. 

¿Cómo es ver más allá del amor y del odio, más allá del bien y del mal, más allá de lo correcto y lo equivocado? Tenemos que descubrir todo esto en nuestra propia experiencia. Evaluar la experiencia que tienen otros de la no división no es útil. Lo único que importa es dónde estás tú. En cualquier momento dado, ¿experimentas y actúas desde la división, o experimentas y actúas desde la unidad? ¿Cuál es cuál? 

Puede ser fácil malinterpretar lo que digo y creer que significa que todas las emociones negativas son indicadoras de división. No es esto lo que quiero decir. Uno puede estar triste o apenado, o sentir ira, sin estar dividido. En nuestra cultura occidental no tenemos mucho contexto para esta idea. Sin embargo, en Oriente hay toda una letanía de deidades iracundas. Por ejemplo, en las tradiciones hindú y budista tibetana, las personificaciones de Dios y de lo Divino no siempre están sentadas en un loto celestial sonriendo beatíficamente. En esas tradiciones, así como en otras tradiciones del mundo, la espiritualidad incluye una gran variedad de las experiencias emocionales humanas. Así, uno no debería concluir que la presencia de emociones negativas —o de lo que nosotros llamamos emociones negativas— es un indicativo de ilusión. La clave radica en ver si la emoción se deriva de la división o no. Si lo hace, la emoción se basa en una ilusión. Si indagas sinceramente y descubres que una emoción no es producto de la división, no se basa en la ilusión. Ver esto nos abre una amplia variedad de emociones. Nos abrimos y nos convertimos en un gran espacio en el que los vientos de las distintas emociones pueden viajar por nuestro sistema.

Adyashanti. El final de tu mundo