Ayahuasca

30 de noviembre de 2011

CARTA DE PATRUL RIMPOCHE


Carta de Patrul Rinpoché,
con buenos consejos para sí mismo.

Shri hijo mío,
Debes llevar esto en tu mente:



Hay tres cosas que no deberían de olvidarse:
El Guru lleno de gracia,
El Buda iluminado
Memoria y conciencia.



Hay tres cosas que deberían recordarse:
El preceptor que te ordena,
Las enseñanzas que revelan el sendero,
Y la disciplina.



Hay tres cosas que debes tener:
Una mente que permanezca donde esta el cuerpo,
Un cuerpo que permanezca en el lugar adecuado,
Una mente que more en un estado de relajación.



Hay tres cosas que es mejor olvidar:
La cólera contra los enemigos,
El apego a los seres amados,
El sueño perezoso.



Hay tres cosas que es mejor restringir:
La lengua en público,
La mano en privado,
Los pensamientos siempre.



Hay tres cosas sobre las que uno debería de guardar silencio:
Las propias virtudes,
Las faltas de otros,
Nuestras intenciones para el futuro.



Hay tres cosas de las que uno no debe dar muestras:
El impulso a renunciar a los apegos mundanos,
La cebada trampa de la propia hipocresía,
La insistencia en exhibir el propio fervor religioso.



Hay tres cosas en las que uno debería de ser flexible:
Hablando con un amigo,
Llevando las vestimentas propias del país,
Dirigiendo la mente hacia el Dharma.



Hay tres cosas que no deberían de escucharse:
Palabras aduladoras,
Charlas de última locura,
Consejo de un necio.



Hay tres cosas que uno no debería ambicionar:
La fortuna de un hombre rico,
Una posición de categoría,
Vestidos superfluos.



Hay tres cosas de las que uno no debería hablar mal:
De una persona respetada,
De la mercancía de otro,
De un buen amigo.



Hay tres cosas que uno no debe ensalzar:
A un hombre que es vilipendiado por otros,
A un loco presuntuoso,
A tu propio hijo ante los demás.



Hay tres cosas que uno no debería ni ensalzar ni criticar:
A los familiares,
A un hombre del que nada sabes,
En realidad, a nadie.



Hay tres lugares a los que no deberíamos ir:
Entre gente hostil,
A una aglomeración multitudinaria,
A un lugar donde se juega.



Hay tres cosas de las que no se debería hablar:
Del Dharma a quienes no quieren oírlo,
De asuntos privados con extraños,
De fantasías sin sentido.



Hay tres cosas que no deberían hacerse:
Comportarse temperamentalmente con un amigo,
Hablar inconsecuentemente,
Actuar con dos caras.



Hay tres cosas de las que uno debería refrenarse:
Presumir de la propia importancia,
Señalar repentinamente las faltas de los demás,
Menospreciar a los demás.



Hay tres cosas que uno no debería ofrecer:
Devoción a un charlatán,
Regalos a aquellos de más alto rango,
Los más infinitos pensamientos a cualquiera.



Hay tres cosas en las que uno no debería dejar la mente:
El cuerpo de hermosas muchachas,
La conducta de un amigo,
Las propias virtudes.



Hay muchas otras cosas que deberías recordar, pero lo esencial es observarte a ti mismo en todo momento. No lo olvides, tanto la práctica mundana como espiritual están aquí contenidas. Estas pocas palabras están llenas de profundo significado, no las ignores.
A mi querido hijo, Shri,
De Naljorpa Trime-Lodro.

16 de noviembre de 2011

Nixi Pae Music

Dear family Nixi Pae: you can now download several songs recorded in ceremonies. Querida familia Nixi Pae: ya pueden descargar canciones grabadas en las ultimas ceremonias...

http://www.nixipae.com/ayahuasca%20music.html

please, share it! por favor, ¡compártanlo!

blessings - bendiciones

8 de noviembre de 2011

Blessings











OM NAMAH SHIVAYA

“Ama y sirve a toda la humanidad.
Ayuda a cada uno.
Vive en la alegría.
Sé amable.
Sé un motor de felicidad imparable.
Ve a Dios y al bien en cada rostro.
No hay ningún santo sin pasado.
No hay ningún pecador sin futuro.
Reza por cada alma.
Si no puedes rezar por alguna, déjala que siga su camino.
Sé original.
Sé creativo.
Atrévete, atrévete y atrévete más todavía.
No imites.
Quédate en la tierra que te es propia.
No te apoyes sobre las huellas de los demás.
Piensa por ti mismo.
Toda la perfección y todas las virtudes de la Deidad están escondidas dentro de ti. Revélalas.
El salvador está en tu interior. Revélalo.
Deja que su gracia te emancipe.
Deja que tu vida sea la de una rosa que, en el silencio, habla el lenguaje del perfume…”

BABAJI

OM NAMAH SHIVAYA


2 de noviembre de 2011

El niño rebelde


Nadie le permite a sus hijos bailar, cantar, gritar y saltar. Por razones triviales -quizás pueden romper algo, quizás se les moje la ropa con la lluvia si corren en el exterior-, por pequeñas cosas se destruye por completo una gran cualidad espiritual: la alegría.

El niño obediente es elogiado por sus padres, por sus profesores, por todo el mundo, y el niño juguetón es censurado. Sus ganas de jugar podrían ser totalmente inofensivas, pero es censurado porque existe un peligro potencial de rebelión. Si el niño continua creciendo con total libertad para ser juguetón, acabará siendo un rebelde. No será fácilmente esclavizado; no le podrán reclutar fácilmente en un ejército para destruir gente, o para que le destruyan.

El niño rebelde se convertirá en un joven rebelde. Entonces no podrás obligarle a que se case; no podrás obligarle a aceptar un determinado empleo; no se le podrá ser obligar a satisfacer los deseos incompletos, y los anhelos de sus padres. La juventud rebelde seguirá su propio camino. Vivirá su propia su vida de acuerdo a sus a sus deseos más íntimos, no de acuerdo a los ideales de otra persona.

Por todas estas razones, se sofoca su capacidad de jugar, se aplasta desde el principio.

Nunca se le da una oportunidad a tu naturaleza. Poco a poco empiezas a cargar con un niño muerto en tu interior. Este niño muerto en tu interior destruye tu sentido del humor: no puedes reírte totalmente, con todo tu corazón, no puedes jugar, no puedes disfrutar de las cosas pequeñas de la vida. Te vuelves tan serio que tu vida, en vez de expandirse, comienza a encogerse.

La vida debe ser, en cada momento, una creatividad preciosa. No importa lo que crees, podrían ser sólo castillos en la arena, pero todo lo que haces debería salir de tu capacidad de jugar y de tu alegría.

Osho. El libro del niño.