Ayahuasca

31 de diciembre de 2011

Fin y principio de año...

Hola:

El fin del año se acerca y también el comienzo del 2012… tiempo de enmiendas, de propósitos, de reflexiones y comienzos. 

Así que me gustaría despedir este 2011 que ha sido tan intenso y dar la bienvenida a lo nuevo… deseando que sea ...mejor. 

Este año que acaba hemos visitado médicos, hospitales, amigos enfermos, hemos dicho adiós a quienes ya no estarán más con nosotros; hemos llorado, perdido la paciencia, incluso sangrado, y hemos sentido miedo, a la soledad, a la carencia, a tantas y tantas cosas… 

Entre todas esas cosas, decir también que, pese a (y por)  los médicos y hospitales que hemos visto, seguimos aquí (de momento al menos), seguimos teniendo grandes amigos con quienes compartir momentos y emails, podemos recordar a quienes se fueron y estar contentos porque dimos la bienvenida también a nuevas generaciones, y nosotros estamos aquí: vivos, respirando, rezando, agradeciendo. Hemos llorado y perdido más que la paciencia, pero aprenderemos la lección, y de nuestras heridas resurgiremos con más fuerza, sin tanto miedo, o con el mismo, pero con más atrevimiento, porque no se puede ser valientes sin sentir miedo… 

Para este año tan señalado, ATRÉVETE, ATRÉVETE Y ATRÉVETE  aún más… ya que el tiempo pasado es tiempo perdido y solamente podemos ir adelante, con confianza: el Universo conspira para cumplir nuestros sueños.

1000 bendiciones

29 de diciembre de 2011

Recuerda la clara luz...

‎"Recuerda la clara luz, la pura clara luz de la que proviene todo el universo, a la que regresa todo el universo. La naturaleza original de nuestra mente, el estado natural del universo inmanifiesto.Sumérgete en la clara luz. Confía en ella, únete a ella. Es nuestra verdadera naturaleza, es nuestro hogar. Las visiones que experimentamos existen en el seno de nuestra propia consciencia. Las formas que adoptan están determinadas por nuestros anteriores apegos, nuestros antiguos deseos, nuestros miedos pasados, nuestro anterior karma.

No importa lo aterradoras que puedan ser algunas de ellas, no pueden hacernos daño. Deja que atraviesen tu conciencia. Con el tiempo desaparecerán. No hay necesidad de liarse con ellas, no hay necesidad de verse atraído por las bellas visiones, ni necesidad de sentir repulsa por las terroríficas; no hay necesidad de apegarse a ninguna de ellas. Dejémoslas pasar. Si nos implicamos con dichas visiones vagaremos mucho tiempo confusos. Por lo tanto, dejémoslas pasar por nuestra consciencia como nubes por un cielo vacio.


Básicamente, no tiene más realidad que esto. Si nos asustamos o confundimos, siempre podemos llamar a un ser luminoso en el que confiemos, para que nos proteja y guíe".

(Bardo Todol. Padmasambhava).






22 de diciembre de 2011

Nochebuena



Fernando Silva dirige el hospital de niños en Managua.

En vísperas de Navidad, se quedó trabajando hasta muy tarde. Ya estaban sonando los cohetes, y empezaban los fuegos artificiales a iluminar el cielo, cuando Fernando decidió marcharse. En su casa lo esperaban para festejar.
Hizo una última recorrida por las salas, viendo si todo queda en orden, y en eso estaba cuando sintió que unos pasos lo seguían. Unos pasos de algodón; se volvió y descubrió que uno de los enfermitos le andaba atrás. En la penumbra lo reconoció. Era un niño que estaba solo. Fernando reconoció su cara ya marcada por la muerte y esos ojos que pedían disculpas o quizá pedían permiso.

Fernando se acercó y el niño lo rozó con la mano:
-Decile a... -susurró el niño-
Decile a alguien, que yo estoy aquí.

(El libro de los Abrazos, Eduardo Galeano)

20 de diciembre de 2011

Story of nails...

The story is told of a young boy with a terrible temper. He lived on a farm and when mad, would throw rocks at farm animals and do other terrible things. 'Strapping' him didn't reduce the boy's temper and his father decided that perhaps another lesson was in order. He gave the boy a hammer and a bucket of nails and told him, “Whenever you lose your temper, I want you to drive a nail into the barn door.”
The first few days were somewhat noisy around the farm as the nails were being driven into the door on a regular basis.
As the days passed, however, the boy found that it was easier to control his temper than to drive nails into the heavy door. Fewer and fewer nails were being driven, and the boy's father began to smile.
The day finally came when the boy said to his father, “I have not driven one nail in the door today. “Good,” said the father. “Each day that you can hold your temper and not get mad, I want you to remove one of the nails you've already driven.” Now, each day, you could hear the squeak of nails being withdrawn from the door.
The process was reversed and as the days passed, more and more nails disappeared from the barn door and went back into the bucket. Eventually, the day came when the boy came to his father and said, “I have learned to control my temper so well that there are no more nails in the barn door, nor will I ever have to drive a nail there again.” He added, “But father, the door is filled with holes and it looks terrible.” The father smiled and told his son, “There is the lesson to be learned. Once you said something bad, did something bad, behaved in such a way that you felt the need to drive that nail, the deed was done. Even when you removed the nail, the scar was left. That's how it is with life.
We say things, do things, and behave toward others in a way that wounds them. No matter how hard we try; no matter what we do, we have left a scar on that person forever. As you go through life, son, remember the lesson of the barn door.”

Historia de los clavos

Esta es la historia de un joven que tenía muy mal carácter. Su padre al darse cuenta de que su hijo tenía dificultades para controlarse, le dio una bolsa de clavos y le sugirió que por cada vez que perdiera la paciencia, debería clavar un clavo en la puerta de su habitación. Para su propio asombro, el primer día el joven clavó treinta y siete clavos detrás de la puerta.

Las semanas que siguieron, a medida que él aprendía a controlar su mal genio clavaba cada vez menos. Él descubrió que era más fácil controlar su genio que clavar clavos.

Llegó el día en que pudo controlar su carácter durante todo el día y no colocó ningún clavo en la puerta de su habitación.

Después de informar a su padre de su logro, éste le sugirió que retirara un clavo por cada día que pudiera controlar su carácter. Así los días pasaron y el joven pudo finalmente anunciar a su padre, que no quedaban más clavos para retirar de la puerta de su habitación.

Su padre lo tomó de la mano y lo llevó hasta la puerta. Le dijo: Has trabajado duro hijo mío, pero mira todos esos hoyos en la puerta ¡Nunca más será la misma! Cada vez que tú pierdes a paciencia, dejas cicatrices exactamente como las que aquí ves. Tú puedes insultar a alguien y retirar lo dicho, pero del modo cómo se lo digas lo devastará y la cicatriz perdurará para siempre. Una ofensa verbal es tan dañina como una ofensa física.

14 de diciembre de 2011

CONVERTIR LA PAJA EN ORO


Emprender un camino espiritual auténtico no consiste en eludir las dificultades, sino en aprender el arte de cometer errores estando despierto, para llevarlos al poder transformativo de vuestro corazón. 
Toda vida espiritual incluye una sucesión de dificultades, puesto que toda vida ordinaria implica también una sucesión de dificultades. Sin embargo, en una vida espiritual informada, estas dificultades inevitables pueden ser la fuente de nuestro despertar, la motivación para profundizar en nuestra sabiduría, paciencia, equilibrio y compasión. Sin esta perspectiva, simplemente aguantamos el dolor como un buey…
El principio básico de la vida espiritual es que nuestros problemas se convierten en el espacio para descubrir la sabiduría y el amor.
Cuando seguimos una práctica auténtica, nuestros sufrimientos pueden dar la sensación de aumentar, puesto que ya no nos escondemos de ellos o de nosotros mismos. Cuando dejamos de seguir los hábitos de la fantasía y la huida, nos quedamos frente a los problemas reales y las contradicciones de nuestra vida. 
Un camino espiritual auténtico no elude las dificultades ni los errores, sino que nos conduce al arte de cometer errores estando despiertos. Cuando nos dirigimos hacia el amor, hacia el despertar en pos de la liberación, inevitablemente nos enfrentamos a nuestras limitaciones. Desde el punto de vista del ego, esto es “un insulto tras otro”. 
Un famoso maestro zen describe la práctica espiritual como “un error tras otro” o, lo que es lo mismo, una oportunidad de aprender tras otra. Vivir es cometer una sucesión de errores. Comprenderlo, nos puede aportar mucha paz y perdonarnos a nosotros mismos y a los demás. 
¿Pero, cuál es nuestra respuesta habitual? Cuando se presentan las dificultades, las acogemos con reproches, frustración o una sensación de fracaso, y luego intentamos superar esos sentimientos, escapar de ellos lo antes posible, regresar a algo más agradable. 
Cuando se presentan problemas, proyectamos nuestras frustraciones en ellos como si fueran la lluvia, los niños o el mundo exterior el origen de nuestra incomodidad. Creemos que podemos cambiar el mundo y ser felices. La mayoría de las veces, lo que alimenta nuestro espíritu es lo que nos pone cara a cara con nuestras mayores limitaciones y dificultades. 
(Jack Kornfield, Camino con Corazón)

8 de diciembre de 2011

SONREÍR


La vida está llena de sufrimiento, pero también está llena de muchas maravillas, como el cielo azul, el sol brillando, los ojos de un bebé. El sufrir no es suficiente. Debemos también tocar las maravillas de la vida. Están dentro y alrededor de nosotros, en todas partes y todo el tiempo.

Si no estamos felices, si no estamos en paz, no podemos compartir paz y felicidad con los demás, incluso con aquellos que queremos, con los que viven bajo nuestro propio techo. Si tenemos paz, si estamos contentos, podemos sonreír y florecer como una flor, y todos en nuestra familia, en nuestra sociedad entera, se beneficiarán de nuestra paz.
Acaso tenemos que hacer un esfuerzo especial para disfrutar la belleza del cielo azul? Acaso tenemos que practicar para poder disfrutarlo? No, simplemente lo disfrutamos. Cada segundo, cada minuto de nuestras vidas puede ser así. Sin importar donde estemos, en cualquier momento, tenemos la capacidad de disfrutar el sol, la presencia de cada uno, incluso de la sensación de respirar. No tenemos que ir a China para disfrutar del cielo azul. No tenemos que viajar al futuro para disfrutar nuestra respiración. Podemos estar en contacto con estas cosas ahora mismo. Sería una pena si sólo nos diéramos cuenta del sufrimiento.
Estamos tan ocupados que casi no tenemos tiempo, incluso en nuestro propio hogar, de mirar a las personas que queremos y de vernos a nosotros mismos. La sociedad está organizada de tal manera que incluso cuando tenemos tiempo libre no sabemos cómo utilizarlo para volver a estar en contacto con nosotros mismos. Tenemos millones de maneras de perder este tiempo precioso –prendemos el televisor o cogemos el teléfono, o prendemos el auto y vamos a algún lugar. No estamos acostumbrados a estar con nosotros mismos y actuamos como si no nos gustásemos y estuviésemos tratando de escapar de nosotros mismos.
Meditación es darnos cuenta de lo que está sucediendo –en nuestros cuerpos, en nuestros sentimientos, en nuestras mentes y en el mundo. Cada día 40,000 niños mueren de hambre, tenemos guerras y sufrimiento. Sin embargo, la salida del sol es hermosa, y la rosa que floreció esta mañana es un milagro. La vida es ambas, terrible y maravillosa. Practicar meditación es estar en contacto con ambos aspectos. Por favor no pensemos que tenemos que estar solemnes para poder meditar. De hecho, para meditar bien tenemos que sonreír un montón.
Recientemente estaba sentado con un grupo de niños, y un niño llamado Tim estaba sonriendo hermosamente. Le dije “Tim, tienes una sonrisa muy bella” y él respondió “gracias”. Yo le dije, “no tienes que agradecerme a mí, yo tengo que agradecerte a ti. Debido a tu sonrisa, haces que la vida sea más bella. En vez de decir gracias deberías decir de nada.”
Si un niño sonríe, si un adulto sonríe, eso es muy importante. Si en nuestra vida diaria podemos sonreír, si podemos estar en paz y contentos, no sólo nosotros mismos sino todos se beneficiarán de ello. Esta es la manera más básica de trabajar por la paz. Cuando veo a Tim sonriendo yo me siento muy contento. Si es consciente de que está ayudando a los otros a estar contentos, él podría decir “de nada”.
De tiempo en tiempo, para recordarnos a nosotros mismos de relajarnos y calmarnos, de estar en paz, podríamos desear tomar un tiempo aparte para un retiro, un día de silencio, donde podamos caminar despacio, sonreír, tomar té con un amigo. Durante la meditación caminando, durante el trabajo de cocinar y cuidar el jardín, durante la meditación sentados, en todos los momentos de nuestro día, podemos practicar el sonreír. Al comienzo podemos encontrar difícil el sonreír, y tenemos que pensar por qué. Sonreír significa que somos nosotros mismos, que tenemos soberanía sobre nosotros y que no estamos cayendo en el olvido. Esta sonrisa se puede ver en los rostros de los Budhas y bodhisatvas.
Este es un poema para meditar de tiempo en tiempo mientras respiramos y sonreímos.
Inhalando, calmo mi cuerpo.
Exhalando, sonrío.
Morando en el momento presente,
sé que es un momento maravilloso.
“Inhalando, calmo mi cuerpo.” Cuando inhalamos recitamos mentalmente esa línea y sentimos cómo la respiración calma nuestro cuerpo, calma nuestra mente.
“Exhalando, sonrío.” Conocemos los efectos de una sonrisa. Una sonrisa puede relajar todo nuestro sistema nervioso. Una sonrisa nos hace dueños de nosotros mismos. Es por eso que los Budhas y bodhisatvas están siempre sonriendo. Cuando sonreímos, nos damos cuenta de la maravilla de una sonrisa.
“Morando en el momento presente,” Mientras estoy sentado aquí no pienso en otro lugar, en el futuro o en el pasado. Me siento aquí y sé donde estoy. Esto es muy importante. Pretendemos estar vivos en el futuro y no en este momento. Decimos, “espera a que termine mis estudios y entonces estaré realmente vivo.” Cuando terminamos los estudios nos decimos a nosotros mismos, “cuando consiga un trabajo podré estar realmente vivo.” Y luego del trabajo, el auto y luego del auto, la casa. No somos capaces de estar vivos en el momento presente. Solemos posponer el sentirnos vivos para el futuro, el distante futuro, no sabemos cuándo. 
Ahora es el momento de estar vivos o no estaremos vivos en nuestra vida entera. Entonces, la técnica, si es que hablamos de una técnica, es “estar” (ser) en el momento presente, estar consciente de que estamos aquí ahora y que el único momento para estar vivos es el momento presente.
“Sé que es un momento maravilloso.” Éste es el único momento que es real. Estar aquí y ahora, y disfrutar el momento presente es nuestra tarea más importante. 
Me calmo, 
sonrío, 
momento presente, 
momento maravilloso.
Espero que practiquen y disfruten esta meditación.
Aun cuando la vida es dura, aun cuando algunas veces es difícil sonreír, debemos tratar. Del mismo modo, cuando le decimos a alguien “buen día”, debe de ser un verdadero “buen día”. (Expresamos nuestro deseo y nuestra intención, no “buenos días”).
Si nos sentimos tristes debemos ser capaces de sonreírle a nuestra tristeza, porque nosotros somos más que nuestra tristeza. Un ser humano es como un televisor con miles de canales. Si ponemos el canal de Buddha, somos Buddha. Si ponemos el canal de la tristeza, somos la tristeza. Si ponemos una sonrisa, somos realmente la sonrisa. No podemos dejar que un solo canal nos domine. Tenemos la semilla de todas las posibilidades dentro de nosotros, y tenemos que tomar la situación en nuestras manos para recuperar nuestra soberanía.
Cuando nos sentamos pacíficamente, respirando y sonriendo con atención, somos nuestro verdadero ser y tenemos soberanía sobre nosotros mismos. Cuando nos abrimos a un programa de televisión, permitimos que el programa nos invada. Algunas veces es bueno, pero usualmente es pura bulla. Nos sentamos, prendemos la tele y permitimos que un programa basura nos invada completamente. Incluso si nuestro sistema nervioso está sufriendo, no tenemos el coraje para pararnos y apagar el televisor, porque si lo hacemos tendremos que retornar a nosotros mismos.
Meditación es lo opuesto. Nos ayuda a retornar a nuestro verdadero ser. Practicar meditación en nuestra sociedad es difícil. Todo parece trabajar en concierto para tratar de alejarnos de nuestro verdadero ser. Tenemos miles de cosas y distracciones que nos ayudan a alejarnos de nosotros mismos. Practicar meditación es darse cuenta, sonreír, respirar. Esto está en el lado opuesto. Regresamos a nosotros mismos para poder observar lo que está pasando, porque meditar significa darse cuenta de lo que está pasando. Lo que está pasando es muy importante.
En cada mujer, en cada hombre, hay una capacidad de despertar, de entender y de amar. No hay nadie que no posea esa capacidad. Algunas personas permiten que se desarrolle y otras no, pero todos la poseemos. Esta capacidad de despertar, de estar conscientes de qué está sucediendo en nuestros sentimientos, en nuestro cuerpo, en nuestras percepciones y en el mundo se le llama naturaleza de Buddha, la capacidad de entendimiento y amor. Ya que el bebé de ese Buddha está dentro de nosotros, debemos darle una oportunidad. Sonreír es muy importante. Si no podemos ser capaces de sonreír, entonces el mundo no tendrá paz. La capacidad de llevar paz al mundo está en nuestra capacidad de sonreír, respirar y estar en paz.
(Thich Nhat Hanh, Suffering is not enough)