Ayahuasca

14 de diciembre de 2011

CONVERTIR LA PAJA EN ORO


Emprender un camino espiritual auténtico no consiste en eludir las dificultades, sino en aprender el arte de cometer errores estando despierto, para llevarlos al poder transformativo de vuestro corazón. 
Toda vida espiritual incluye una sucesión de dificultades, puesto que toda vida ordinaria implica también una sucesión de dificultades. Sin embargo, en una vida espiritual informada, estas dificultades inevitables pueden ser la fuente de nuestro despertar, la motivación para profundizar en nuestra sabiduría, paciencia, equilibrio y compasión. Sin esta perspectiva, simplemente aguantamos el dolor como un buey…
El principio básico de la vida espiritual es que nuestros problemas se convierten en el espacio para descubrir la sabiduría y el amor.
Cuando seguimos una práctica auténtica, nuestros sufrimientos pueden dar la sensación de aumentar, puesto que ya no nos escondemos de ellos o de nosotros mismos. Cuando dejamos de seguir los hábitos de la fantasía y la huida, nos quedamos frente a los problemas reales y las contradicciones de nuestra vida. 
Un camino espiritual auténtico no elude las dificultades ni los errores, sino que nos conduce al arte de cometer errores estando despiertos. Cuando nos dirigimos hacia el amor, hacia el despertar en pos de la liberación, inevitablemente nos enfrentamos a nuestras limitaciones. Desde el punto de vista del ego, esto es “un insulto tras otro”. 
Un famoso maestro zen describe la práctica espiritual como “un error tras otro” o, lo que es lo mismo, una oportunidad de aprender tras otra. Vivir es cometer una sucesión de errores. Comprenderlo, nos puede aportar mucha paz y perdonarnos a nosotros mismos y a los demás. 
¿Pero, cuál es nuestra respuesta habitual? Cuando se presentan las dificultades, las acogemos con reproches, frustración o una sensación de fracaso, y luego intentamos superar esos sentimientos, escapar de ellos lo antes posible, regresar a algo más agradable. 
Cuando se presentan problemas, proyectamos nuestras frustraciones en ellos como si fueran la lluvia, los niños o el mundo exterior el origen de nuestra incomodidad. Creemos que podemos cambiar el mundo y ser felices. La mayoría de las veces, lo que alimenta nuestro espíritu es lo que nos pone cara a cara con nuestras mayores limitaciones y dificultades. 
(Jack Kornfield, Camino con Corazón)