Ayahuasca

22 de febrero de 2013

Guiado por la luna - Shamanismo y uso ritual de la ayahuasca en el Santo Daime

Para el mestizo amazónico, la selva y las aguas de los ríos son los dominios de una gran variedad de seres espirituales malignos, los añangos. Existen también espíritus protectores de determinadas especies animales, vegetales o de accidentes geográficos o ríos. Son generalmente concebidos como espíritus femeninos, llamados "madres", debiendo ser agradados de diversas formas por cazadores, pescadores u otros que por alguna razón ingresan en sus dominios. Ellos ocupan un lugar en la religiosidad mestiza, pero aunque puedan ser propiciados en algunas ocasiones, no se realiza para ellos ningún culto. Estos son reservados para los santos concebidos como proveedores de los medios para lograr el bienestar, las buenas cosechas, la buena salud, etc.

En el caso de las "plantas profesoras", son sus madres las verdaderas dueñas del conocimiento que es pasado a aquellos que saben usarlas. Una de las principales substancias vegetales dotadas de madre es la ayahuasca. Por lo tanto, al tener visiones en las que una "señora", la "Reina de la Floresta", llegaba para entregarle sus enseñanzas, Maestro Irineu se mantenía estrictamente dentro de la tradición de los shamanes ayahuasqueros. Pero como mestizo, fuertemente influido por las tradiciones occidentales y cristianas, él la percibió no como una entidad indígena, sino como el gran arquetipo católico de la maternidad, Nuestra Señora de la Concepción, que tiene múltiples cultos en toda la región. De esa forma, la tradición de origen indígena y pagana puede ser incorporada al culto de los santos, volviéndose también más legítima y socialmente aceptable.


Tal vez la principal consecuencia de ese proceso haya sido la incorporación de los valores básicos de la ética cristiana, alejando la antigua ambivalencia moral que dificultaba la dis- tinción entre vegetalistas benignos y malignos. Así, una doctrina enseñada por la Virgen María no daba lugar al uso de virotes y otros métodos mágicos de agresión usados por los vegetalistas. Tal vez en concordancia con ese proceso de cristianización, el trabajo shamánico daimista haya perdido muchas de sus características de lucha contra determinados espíritus o hechiceros enemigos. Adoptó, en lugar de eso, ideales más difusos y generalizantes de "lucha por el Bien", alivio al sufrimiento, etc. En ese caso, la protección del shamán pasaba a depender más de su calidad moral y de su obediencia a los preceptos de la buena conducta que de armaduras defensivas como las arkanas de los vegetalistas. 


(Extraido de  Guiado por la luna, de Edward Mcrae).