Ayahuasca

15 de noviembre de 2013

Manjushri

Cuentan que había una vez, en las faldas de las más altas cumbres del mundo, un hermoso valle que era la envidia de los dioses. Para que nadie comparase su belleza con la divinidad lo hicieron inundar con un gran lago. Pero cuando vivió el Bodhisatva Manjunshri pegó un tajo con su espada fabulosa abriendo una brecha de desagüe, y una vez vaciado el lago inmenso fundó en el paradisíaco la ciudad de Katmandú, la que contiene todas las bellezas, promoviendo la construcción de una estupa con la mirada de Buda hacia los cuatro puntos cardinales.
A Manjushri suele evocársele sentado en la posición de loto, con una espada flamígera en una mano y unos libros en la otra. Esa espada simboliza la sabiduría que permite tajar los impedimentos del engañoso mundo que nos muestran los sentidos.
Manjushri fue un discípulo de Buda que, habiendo alcanzado el estado de iluminación, postpuso su entrada en el Nirvana para ayudar a los demás y para promover el conocimiento entre aquellos que desearan progresar en esa vía espiritual.



(Información proveniente de
http://www.viajarcon.es/historiaarte/3-katmandu-nepal.html?showall=1