Ayahuasca

19 de agosto de 2012

Entrevista a Adyashanti


PREGUNTA: Has mencionado que todos los caminos espirituales acaban por llevarnos a un estado de rendición completa. Pero, ¿qué ocurre si las partes de nosotros que no quieren rendirse están escondidas, muy enterradas en la psique? ¿Cómo conseguimos que esos lugares ocultos salgan a la superficie?
RESPUESTA: Es posible que no puedas hacer nada al respecto. Esto es lo que la gente evita más, ¿correcto? Dame algo; dame una enseñanza; dame algo de esperanza. Por supuesto, dentro de nosotros hay maneras totalmente inconscientes de aferrarnos, pautas de apego a las que no tenemos acceso. Tal vez no tengas acceso a ellas, punto. Fin de la historia. Eso es todo.
Tendrás acceso a ello en el momento exacto en que debas tenerlo. Es posible que esto no nos guste. Es posible que a la gente no le guste oír esto, pero miremos nuestras vidas, o las filosofías o enseñanzas, lo que hemos elegido contarnos, ¿correcto?
Al menos en mi vida puedo mirar y ver que ha habido momentos en los que aún no tenía ciertas capacidades. Simplemente no estaban ahí. No tengo ni idea de qué podría haber hecho para sacarlas a la luz. En ciertos momentos, ni siquiera habría podido escuchar a alguien que me dijera cómo desarrollarlas.
Mi maestro me repitió ciertas cosas cientos de veces a lo largo de los años. Y sólo después de diez años llegué a pensar: “Oh… Ahora lo entiendo…”
Es posible que esta no sea enseñanza espiritual energética que buscabas, pero todo tiene su momento, todo tiene su lugar. El ego no controla lo que sucede. La vida controla lo que sucede. Insistir en que algo puede darnos el poder de manera inmediata para sumergirnos en nosotros mismos y ver todo lo que necesitamos ver para despertar es trabajar en sentido contrario a las experiencias de la gente.
Todo ocurre en su momento. Tú no lo controlas. Pero esto no es algo que queramos oír, ¿o sí? No es lo que nuestra mente desea. En general, queremos oír cosas que fortalezcan nuestra sensación de control. Y rechazamos radicalmente cualquier cosa que no fortalece nuestra sensación de control.
Cuando empiezas a aceptar lo que ves como verdadero –no lo que yo digo, sino tu experiencia- todo empieza a cambiar.
Muchas veces vienen y me dicen: “No puedo hacer nada con respecto a esto, esta parte de mis ilusiones, esta parte de mi personalidad”. Me preguntan: ¿Qué puedo hacer? Yo les digo: ¿Qué ocurriría si aceptaras esa parte de tu experiencia que te dice que no puedes hacer nada? ¿Qué sucedería si le dejaras un sitio dentro de ti en lugar de intentar expulsarla?
A menudo, cuando lo aceptan permitiendo que cale en el cuerpo, esta comprensión de cómo es vivir sin resistencia empieza a cambiarlo todo. A veces las experiencias que apartamos de nosotros contienen las comprensiones más transformadoras y que más necesitamos. ¿Quién sospecharía que el hecho de ver que no hay nada, absolutamente nada que uno pueda hacer va a ser transformador?
Todos somos adictos. Verdaderamente todos somos adictos y lo que queremos es “estar colocados” y sentirnos libres. Es la misma dinámica. Mientras la persona continúe diciéndose: “Puedo hacer esto. Yo controlo. Puedo encontrar la manera de superar esto”, no va a ocurrir ninguna transformación.
Para mí, la espiritualidad es estar dispuesto a caer de bruces. Por eso, aunque a veces mis discípulos me ponen en un pedestal y piensan que he descubierto algo maravilloso, yo les digo constantemente: “Mi camino era el camino del fracaso”. Todo lo que intenté fracasó. El esfuerzo tuvo su papel. La lucha tuvo su papel. Pero tuvo un papel porque me llevó al final. Fracasé en el intento de meditar bien, de hallar la verdad. Todo aquello que intenté usé para tener éxito espiritualmente fracasó. Pero en el momento del fracaso es cuando todo se abre.
(Entrevista a Adyashanti. El final de tu mundo).