Tienes que estar dispuesto a cuestionarlo todo, a detenerte y preguntarte: "¿Sé realmente lo que creo saber, o simplemente he adoptado las creencias y opiniones de otros? ¿Qué es lo que sé realmente, y qué quiero creer o imaginar? ¿Qué es lo que sé con seguridad?".
Esta pregunta -"¿Qué es lo que sé con seguridad?"- es tremendamente poderosa. Cuando entras profundamente en esta pregunta, acabas destruyendo tu mundo. Destruye todo tu sentido de identidad, y eso es lo que tiene que hacer. Llegas a ver que todo lo que creías saber con respecto a ti mismo, todo lo que creías saber con respecto al mundo, se basa en suposiciones, creencias y opiniones, cosas que crees porque te las enseñaron o te dijeron que eran verdad. Hasta que no empecemos a ver esas falsas percepciones como realmente son, la conciencia seguirá aprisionada en el estado onírico.
Asimismo, en cuanto nos permitimos darnos cuenta -"Dios mío, casi no sé nada: no sé quien soy. No sé qué es el mundo. No sé si esto es verdad. No sé si eso es verdad"-, algo dentro de nuestro ser se abre. Cuando estamos dispuestos a entrar en lo desconocido y en su inseguridad inherente, sin volver atrás en busca de protección y comodidad -cuando estamos dispuestos a enfrentarnos al viento que sopla sobre nosotros sin retraernos- finalmente podemos afrontar nuestro verdadero yo.
Plantearte esta pregunta te ayuda a diluir las limitaciones y las ideas, así como la tendencia a adoptar fijaciones, todas las cuales continúan después del despertar.
Entonces, sin importar dónde estés en el camino, lo más importante es la voluntad de alzarte dentro de ti y de plantearte esta pregunta, así como de ser abierto y sincero con respecto a lo que averiguas. Ésa es la columna vertebral de la que dependen todo tu despertar y tu vida después del despertar.
Esta pregunta -"¿Qué es lo que sé con seguridad?"- es tremendamente poderosa. Cuando entras profundamente en esta pregunta, acabas destruyendo tu mundo. Destruye todo tu sentido de identidad, y eso es lo que tiene que hacer. Llegas a ver que todo lo que creías saber con respecto a ti mismo, todo lo que creías saber con respecto al mundo, se basa en suposiciones, creencias y opiniones, cosas que crees porque te las enseñaron o te dijeron que eran verdad. Hasta que no empecemos a ver esas falsas percepciones como realmente son, la conciencia seguirá aprisionada en el estado onírico.
Asimismo, en cuanto nos permitimos darnos cuenta -"Dios mío, casi no sé nada: no sé quien soy. No sé qué es el mundo. No sé si esto es verdad. No sé si eso es verdad"-, algo dentro de nuestro ser se abre. Cuando estamos dispuestos a entrar en lo desconocido y en su inseguridad inherente, sin volver atrás en busca de protección y comodidad -cuando estamos dispuestos a enfrentarnos al viento que sopla sobre nosotros sin retraernos- finalmente podemos afrontar nuestro verdadero yo.
Plantearte esta pregunta te ayuda a diluir las limitaciones y las ideas, así como la tendencia a adoptar fijaciones, todas las cuales continúan después del despertar.
Entonces, sin importar dónde estés en el camino, lo más importante es la voluntad de alzarte dentro de ti y de plantearte esta pregunta, así como de ser abierto y sincero con respecto a lo que averiguas. Ésa es la columna vertebral de la que dependen todo tu despertar y tu vida después del despertar.
(Adyashanti. El final de tu mundo).