Ayahuasca

5 de septiembre de 2017

La Ley Natural

Con el rostro serio, Oren Lyons, del Clan de la Tortuga de la Nación Onondaga y portavoz de la Confederación de las Seis Naciones Iroquesas, está sentado al otro lado de una mesa de madera en su cabaña de troncos. En un rincón, envueltas en sombra, cuelgan máscaras ceremoniales, con la cara contra la pared. Nos mira larga y duramente; luego sacude la cabeza. “¿Por qué venir a nosotros? Somos los más duros de pelar. ¿Pensáis acaso que presentamos nuestros Ancianos a cualquiera que atraviese la puerta?. Los cuidamos como el agua pura de manantial. ¿Qué es lo que queréis de los Ancianos? ¿Secretos? ¿Misterio?”. Explicamos que sólo queremos encontrarnos con ellos y escuchar lo que tengan a bien compartir con nosotros, que no vamos en busca de secretos. “ Eso está bien, -dice-, porque ya mismo os lo puedo decir: no hay secretos. No hay misterio. Sólo hay sentido común”.
Nos quedamos sentados con cierta incomodidad, seguros de que está a punto de despedirnos con cajas destempladas y dejarnos en medio de aquella noche amarga. Todavía frotándose las manos, se sienta y nos mira de frente. “Sentido común… -dice, y recoge el eco de sus palabras- Os diré algo acerca del sentido común…”

LA LEY NATURAL

“¿Bajo qué ley vivís? ¿La ley de Estados Unidos? Ésa es la ley del hombre, Si quebrantáis la ley del hombre, pagáis una multa o vais a la cárcel, quizá. Ésa es la manera en que se procede con la ley del hombre. Podéis quebrantarla y continuar en libertad. Tal vez no sufráis ningún castigo en absoluto. Ocurre continuamente. La gente se imagina que puede hacer cualquier cosa sin consecuencias, y la mitad de las veces es así. Pero se olvidan de que hay otra ley, la ley del Creador. Nosotros la llamamos Ley Natural… La Ley Natural prevalece en todas partes. Está por encima de la ley del hombre. Si violáis la Ley Natural, seréis castigados. No hay juez ni jurado, no hay abogados ni tribunales, no podéis evadiros de ella por compra, argucia o ruego. Si violáis esa Ley Natural, seréis castigados, y duramente castigados. 

Una de las leyes naturales manda conservar puras las cosas. Especialmente el agua. Mantener pura el agua es una de las primeras leyes de la vida. Si destruís el agua, destruís la vida

Esto es lo que quiero decir acerca del sentido común. En la Madre Tierra, toda vida depende del agua pura; sin embargo, derramamos en ella toda clase de suciedad, de inmundicia y de veneno. Esto carece por completo de sentido común. Vuestra legislación puede aprobar una ley que diga que esto está bien, pero esto no está bien. La Ley Natural no se preocupa por vuestra ley del hombre. La Ley Natural os castigará. No podéis escapar. Con la Ley Natural no se juega; nadie puede eludirla. Si matáis el agua, matáis la vida que de ella depende, vosotros incluídos. Ésta es la Ley Natural. Y también es sentido común.

TODA VIDA ES IGUAL

“Otra Ley Natural dice que toda vida es igual. Ésta es vuestra filosofía. Vosotros no la respetáis: toda vida, no sólo la nuestra. La palabra clave es “respeto”. Si no respetáis la tierra, la destruiréis. Si no respetáis toda vida tanto como vuestra propia vida, os convertiréis en destructores, en asesinos. 

A veces el hombre cree que se lo ha elevado al papel de controlador, de gobernante. Pero está equivocado. Sólo es una parte del todo. La función del hombre no es la de explotar, sino la de vigilar, la de administrar. El hombre tiene responsabilidad, no poder.

LA SEPTIMA GENERACIÓN

“En nuestro modo de vida, en nuestro gobierno, con cada decisión que tomamos, mantenemos presente la Séptima Generación por venir. Nuestra tarea consiste en tratar que la gente que nos suceda, las generaciones que todavía no han nacido, no tengan un mundo peor que el nuestro… y alentamos la esperanza de que sea mejor. Cuando caminamos sobre la Madre Tierra, siempre pisamos con cuidado, porque sabemos que nos están mirando desde debajo de la tierra. Jamás lo olvidamos”.

Los guardianes de la sabiduría. Wisdomkeepers.
 Steve Wall & H. Arden. Alba Editorial.


CONCIENCIA

No veo delegación 
para los cuadrúpedos.
No veo asiento para las águilas.

Nos olvidamos y nos  creemos
superiores.

Pero, después de todo, 
somos sólo una parte de la creación.

Y hemos de procurar
comprender dónde estamos.

Y estamos en algún sitio entre 
la Montaña y la Hormiga.

En algún sitio, y sólo allí,
como parte y parcela
de la Creación.



Jefe Oren Lyons
(Discurso pronunciado en las Organizaciones No-Gubernamentales de Naciones Unidas, Ginebra, 1977).